Mandando el mensaje incorrecto al tecnologo

Hace muy poco me reuní con un amigo y nos pusimos al día en diversos temas y como no puede ser otro, en el tema laboral, de entre los cuales surgió una anécdota que tratare de repetir mientras aun esta fresca.

Resulta que este amigo tuvo a cargo a un colaborador al que llamaremos Fulanito, pues bien resulta que Fulanito tenia la carrera superior (5 años en contraste con la técnica) y venia con un perfil de experto en la tecnología usada, amen de dar una confianza en lo que sabia. Mi amigo decidió (por razones de agenda) asignarle un modulo no muy critico en tiempo pero si importante en funcionalidad, confiando en que los conocimientos de Fulanito serian suficientes para que saque adelante el requerimiento.

Resultado… cuando toco el plazo Fulanito no había avanzado casi nada, no dominaba realmente la tecnología ni se había buscado la vida para lograr sacar adelante el encargo, decepción total. Luego mi amigo supo que el episodio se había repetido alguna vez en otra división a la cual Fulanito fue asignado, y de ahí le perdieron el rastro… hasta hace poco, cuando se vienen a enterar que Fulanito ya era Jefe de Proyecto, por lo que en el equipo de mi amigo se preguntaron “¿que? ¿osea que hay que ser un inútil en esta empresa para que te asciendan?”.

Creo que con variantes en esta carrera, todos nos hemos encontrado con el perfil de gente con poca experiencia en la trincheras de código que termina ascendiendo profesionalmente, lo cual generalmente se debe a que uno “sabe venderse muy bien” o por la sencilla razón de de plegarse mejor a las instancias de poder organizacional.

Es lógico que para dirigir equipos se requieren habilidades adicionales a las de un tecnologo puro, así como que se puede perder a un excelente programador y ganar un mal jefe, pero tampoco se debe proceder de una manera que transmita la idea de que se premia al inútil y que el empeño por mejorar técnicamente no conduce a mejoras, percibiendose que solo se asciende si se va por el camino administrativo; así que el premiar esta clase de perfiles y no mirar mas allá de la imagen que transmite “el que sabe venderse” puede perjudicar seriamente a la organización, especialmente a la moral del personal.

Es que claro, a veces a los tecnologos se nos considera algo que funciona por si solo, cayéndose en la idea de que no es conveniente darles formación so riesgo de irse de la organización, siendo al revés: el que se va ya quería irse antes de la formación, y muy probablemente por comportamientos organizacionales como el descrito.

Muchas veces se nos reprocha el ser introvertidos y no marketearnos bien, y si bien hay algo cierto de eso, no es menos cierto que es fatal para una organización el que por no mirar mas allá quienes asciendan sean los vendedores de humo y no el que tiene habilidades reales.

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